#SeAcabó

Destrucción, extractivismo, guerras, explotación, discriminación, desalojos, precariedad, violencias, migraciones, desplazamientos… La mayoría de los males que nos asolan tienen su origen en el actual sistema capitalista, patriarcal y colonial, que en su afán de lucro y crecimiento ilimitado, produce expresiones de precariedad, pobreza y desigualdad insostenibles.

Éste y no otro es el origen del expolio y la destrucción de nuestros ecosistemas que están alterando los equilibrios ecológicos, con un mayor impacto en el Sur Global. El aumento de la huella ecológica, el calentamiento global o la pérdida de biodiversidad son algunos de los efectos de un modelo que pone en cuestión la propia sostenibilidad de la vida, comprometiendo a las generaciones futuras.

Éste y no otro es el origen del genocidio en Gaza, así como de los más de 30 conflictos armados al servicio del negocio de la guerra. Estas batallas por el control del territorio y de los recursos atacan directamente los derechos humanos de amplias capas de la población a nivel mundial que son despojadas de las condiciones más básicas de subsistencia que toda vida debería entrañar.

Éste y no otro es el origen de la crisis de los cuidados que ha puesto en evidencia los límites de un sistema económico que ha delegado el cuidado de la vida en el espacio doméstico y el trabajo no remunerado de las mujeres o en un sector precarizado e invisibilizado.

Éste y no otro es el origen del sistema antidemocrático en que vivimos, donde el control de los mercados está por encima de la soberanía de las personas y de los pueblos. Bajo las políticas de ajuste y austeridad se esconden fines lucrativos que buscan enriquecerse y privatizar hasta el último reducto de vida, en un ataque y desmantelamiento de lo público que están poniendo en cuestión derechos alcanzados durante décadas.

Por todo ello, nos urge desterrar definitivamente este sistema capitalista y sus lógicas ecocidas y generar y apoyar nuevos marcos económicos que, como la economía solidaria y otras economías críticas como la feminista o ecológica, pongan en el centro los procesos de sostenimiento de la vida.

#YaEmpezó

El movimiento de la Economía Solidaria está trabajando desde hace décadas para construir un embrión postcapitalista, feminista, social y solidario que ponga la sostenibilidad en el centro de los procesos económicos, por ello:

Reclamamos y fomentamos la equidad como un principio rector de nuestra Carta de Principios. Buscamos así garantizar el derecho de todas las personas a no estar sometidas a relaciones basadas en la dominación, promoviendo la igualdad de oportunidades, condiciones y trato.

Reclamamos y fomentamos el trabajo digno, reconociendo los trabajos en plural, productivos y reproductivos, profesionales y voluntarios, remunerados y gratuitos, fomentando su reparto y la equiparación de su valor social y económico.

Reclamamos una nueva reorganización social del sistema de cuidados que asegure el derecho de todas las personas desde la corresponsabilidad. Este nuevo sistema debe garantizar la provisión universal y pública de los cuidados desde una perspectiva integral y desde la corresponsabilidad de todos los agentes implicados, transitando de un modelo público-privado a uno público social-comunitario.

Para ello, impulsamos empresas diversas y democráticas, caracterizadas por la horizontalidad, la democratización del funcionamiento y la toma de decisiones, el carácter comunitario, la dignificación de las condiciones de trabajo, la centralidad de la persona cuidadora y de la persona cuidada.

Para ello, fomentamos procesos de cooperación que favorecen el trabajo colaborativo, los saberes compartidos y el aprendizaje mutuo; valores y prácticas necesarias para la construcción de iniciativas alternativas, así como para el desarrollo de un modelo socioeconómico solidario, igualitario y diverso.

Este 8M, queremos volver a poner en valor estos y otros aportes de las entidades y personas que dan vida al movimiento de la Economía Solidaria.

Somos miles las personas y entidades en todo el mundo que ya estamos alineadas con estos valores, poniendo en práctica las propuestas feministas desde nuestro activismo económico.

Este 8M salgamos a la calle reivindicando estos aportes, desde el orgullo de estar contribuyendo con nuestras prácticas económicas a un mundo más solidario y feminista.