Las turbias cadenas de suministro dificultan garantizar que los productos de belleza no contengan ingredientes procedentes del trabajo infantil
Se calcula que el 30% de los ingredientes de los cosméticos proceden de la minería o de la agricultura
En todo el mundo, 112 millones de niños y niñas -el 70% de todos los niños trabajadores- trabajan en la agricultura. Hasta el 26% del trabajo infantil está vinculado a los mercados mundiales de exportación.
World Vision ha advertido hoy que es probable que la mayoría de los productos de belleza brillantes contengan ingredientes recogidos por niños y niñas en minas y plantaciones de países de renta baja. Según su último informe El alto precio de la belleza: Explotación infantil en la cosmética mundial, puede que los productos libres de crueldad no incluyan pruebas con animales, pero es probable que incluyan ingredientes obtenidos mediante el trabajo infantil.
Tras décadas de progreso, el número de niños y niñas que trabajan para mantener a su familia o que han sido víctimas de la trata, obligados o coaccionados a trabajar ha ido en aumento desde 2016. World Vision, ONG centrada en la infancia, pide hoy a sus seguidores que presionen a sus gobiernos y a las empresas de belleza para que mejoren la trazabilidad y la legislación sobre la cadena de suministro, de modo que ningún niño renuncie a su infancia por trabajos peligrosos en la minería o la agricultura. A menos que las empresas examinen rigurosamente sus cadenas de suministro y los gobiernos amplíen las redes de seguridad social y la escolarización, es probable que 140 millones de niños y niñas sigan trabajando en 2025. El sufrimiento de los niños continúa mientras las empresas de cosméticos siguen obteniendo beneficios.
Las cadenas de suministro de productos mineros y agrícolas son a menudo intrincadas y difíciles de rastrear, ya que los productos se importan y reexportan desde múltiples países en diferentes etapas del proceso de refinamiento. Los intermediarios y las grandes multinacionales de la cosmética se benefician mientras los niños y niñas pagan el precio. Se calcula que el 30% de los ingredientes de los cosméticos proceden de materias primas mineras o agrícolas, y el crecimiento de la industria de la belleza natural ha provocado un aumento de la demanda de insumos agrícolas. World Vision cree que los compradores de cosméticos están en posición de presionar a las empresas para que se abastezcan de forma responsable y ayuden así a abordar las causas profundas del trabajo infantil.
«En las minas ilegales de la India y el Congo, los niños mueren en pozos mineros derrumbados mientras excavan en busca de minerales que nos ayuden a brillar y a retrasar el envejecimiento. La enrevesada naturaleza de las cadenas de suministro mundiales hace que las familias no ganen lo suficiente para mantener a sus hijos escolarizados y sin trabajar. Mientras la demanda y los beneficios de las empresas cosméticas aumentan, también lo hace el riesgo de trabajo infantil”, explica Daniela Buzducea, responsable de Sensibilización y Relaciones Externas de World Vision.
“El número de niños y niñas vulnerables ha aumentado drásticamente. Los sistemas de protección que rodean a los niños se han vuelto muy frágiles y urge mejorar de inmediato los sistemas de la cadena de suministro de ingredientes cosméticos, para cambiar la vida de millones de personas. Es una responsabilidad compartida y pedimos a las empresas que introduzcan la trazabilidad total y reduzcan su dependencia de los intermediarios. Hacer la vista gorda ante la realidad de la procedencia de algunos de sus ingredientes no borrará las consecuencias».
El informe de World Vision revisó las políticas de las siete mayores empresas de belleza en 2018, y de nuevo en 2022. En esta investigación se observaron avances en la documentación de las normas de los proveedores, la formación, la disponibilidad de líneas directas y las auditorías. Sin embargo, en el mismo período también se observó un aumento masivo de niños y niñas que trabajan para recolectar ingredientes utilizados en cosméticos como el cacao, el cobre, la mica y la vainilla.
«La mejora de la legislación sobre la cadena de suministro ha ayudado a mejorar las prácticas de las empresas sobre el papel en los últimos años, pero aún estamos esperando ver que eso se traduzca en cambios sobre el terreno. Los niveles de trabajo infantil están aumentando. El precio de los beneficios es su futuro. Instamos a los consumidores a que pidan a los gobiernos y a las empresas a las que compran cosméticos que actúen, antes de que otro niño o niña pierda su educación, su infancia -o peor aún, su vida- por explotar minas o cultivar ingredientes de productos de belleza», concluye Daniela Buzducea.