Los valores cotizan en alza en la sociedad. Lo venimos viendo especialmente en los últimos años, donde lo feminista, ecológico o ético han pasado de algo minoritario a mainstream. Quedaba más que patente en los primeros tiempos de pandemia, cuando el apoyo mutuo y la solidaridad eran bandera común ondeando en nuestros balcones. Será por eso que las empresas alineadas con los valores capitalistas (esos cuyas prácticas, no olvidemos, expolian recursos, destruyen el medio, contribuyen al cambio climático y producen segregación, explotación y precariedad) han de maquillar sus resultados con todo tipo de “washings”, acciones de responsabilidad social cooperativa y marketing, mucho marketing.
Pero en la Economía Social y Solidaria (ESS) no hay que esconder trapos sucios. Al contrario, las empresas de la ESS pueden lucir a mucha gala la coherencia de nuestras prácticas entorno a sus valores sociales, sostenibles y solidarios, recogidos en la Carta de Principios, ADN de este movimiento económico y social que justo acaba de actualizarse para atender mejor a los nuevos retos del momento. Y para no quedarse sólo en declaraciones de buenas intenciones, se viene realizando desde 2014 un proceso de Auditoría/Balance Social donde las empresas con voluntad social y transformadora pueden evaluar sus prácticas entorno a diversos indicadores vinculados a estos principios.
Así sabemos que la Economía Solidaria genera trabajo de calidad y que, bajo los valores del cooperativismo, la autogestión y el apoyo mutuo, está reduciendo la brecha salarial, abriendo opciones de participación y toma de decisiones de las personas trabajadoras así como mejorando los permisos establecidos por la ley en temas de conciliación del trabajo con responsabilidades de cuidados a otras personas, con autocuidados o con permisos activistas. La conforman empresas con una firme apuesta por la igualdad de género, promoviendo la igualdad en el trabajo entre hombres y mujeres, las políticas inclusivas, la conciliación y la corresponsabilidad. Este compromiso tiene importantes arraigos ecológicos y por la sostenibilidad, apostando una gestión ambiental, nutriéndose de la energía renovable y aplicando criterios de consumo responsable en sus compras. Así mismo, presentan un fuerte compromiso con el entorno, por ello operan con finanzas éticas y derivan posibles beneficios para fines sociales.
Por todo ello, la campaña de Auditoría/Balance social que lanza REAS RdR de este año pone el foco en la aplicación de estos principios que hay detrás de las prácticas de las empresas de la ESS, y cómo estos resultados nos permiten constatar la coherencia de la ESS ajenas a las lógicas de greenwashing y otros «lavados de cara» tan habituales en las empresas capitalistas. En la Economía Solidaria vamos… #DeLosPrincipiosALaPráctica, como apunta el lema de campaña. Invitamos a conocer de primera mano el Informe en el acto de presentación así como a difundir los resultados de este año y a enredarse en la campaña en redes para amplificar el conocimiento de estas buenas prácticas empresariales.
Desde REAS RdR se quiere agradecer el compromiso de más de 600 empresas que han participado este año. En la apertura de campaña se invitaba a las entidades a realizar esta práctica de Auditoría/Balance social bajo el lema de “Rebela tus principios”, entendiendo que hacer economía bajo otros valores es todo un acto de acción política y económica transformadora. En la misma línea va el manifiesto por una Economía Solidaria que REAS RdR acaba de lanzar para invitar a poner la vida en el centro de la economía y donde se defiende que “la transformación de la economía es una cuestión de principios. Principios que alientan el desarrollo de prácticas alternativas al servicio de la sostenibilidad de la vida”. Sin duda, en esta nueva campaña de Auditoría/Balance estas entidades han contribuido a esta transformación, desde la coherencia, transparencia y el buen hacer empresarial.
Para difundir los resultados de la campaña y contribuir a visibilizar las buenas prácticas de la Economía Solidaria consulta aquí.