El catalizador detrás de las protestas campesinas en Kenia
El 25 de junio de 2024, más de 400 oficiales de policía kenianos llegaron a Puerto Príncipe, Haití, como parte de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS, por sus siglas en inglés), con el supuesto objetivo de “restaurar el orden” en el país. De manera irónica, ese mismo día estalló una protesta significativa en Kenia, donde jóvenes manifestantes indignadxs irrumpieron en el Parlamento keniano. Esta protesta fue una reacción directa al Proyecto de Ley Financiera 2024, que había sido aprobado por el parlamento de Kenia a pesar de la oposición generalizada. Dicho proyecto de ley, fuertemente influenciado por el paquete de reformas del Fondo Monetario Internacional (FMI), incluía controvertidas propuestas impositivas.
Lo que comenzó como una rebelión en línea por parte de lxs jóvenes, conocidxs como la Generación Z, rápidamente escaló a protestas en las calles y culminó con la toma del Parlamento keniano. Esta institución ha sido históricamente utilizada por el FMI para imponer sus agendas de reformas, incluyendo el controvertido Proyecto de Ley Financiera 2024.
La crisis de deuda en Kenia es grave y bien conocida. En abril de 2024, el país enfrentaba vencimientos de préstamos que totalizaban 50 mil millones de chelines kenianos (368,32 millones de USD) por semana. En enero de 2024, Kenia gastó 123,53 mil millones de chelines kenianos (910 millones de USD) en el servicio de la deuda, y otros 66,7 mil millones de chelines kenianos (491,34 millones de USD) en febrero de 2024. El FMI es conocido por imponer medidas fiscales impopulares a países endeudados para evitar el impago. Estas medidas a menudo incluyen la reestructuración de la deuda, que aumenta la deuda total, y la promoción de Acuerdos de Libre Comercio (ALC) que fomentan la privatización y liberalización de empresas estatales claves.
Desde que el presidente de Kenia, Willian Ruto, asumió el cargo en septiembre de 2022, su administración se ha desviado de su promesa de campaña de reducir la deuda, abogando en cambio por un aumento de los impuestos para hacer frente a las obligaciones financieras del país. Este cambio provocó protestas en junio de 2023, durante las cuales algunas personas fueron asesinadas y muchas otras resultaron heridas.
El Proyecto de Ley Financiera 2024, que proponía un Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 16% sobre el pan y los suministros de panadería, fue el detonante de la revolución liderada por la Generación Z. De manera irónica, el proyecto también sugería exenciones fiscales para vehículos utilizados por el Servicio Nacional de Inteligencia (NIS), materiales de embalaje para el té procesado por corporaciones multinacionales y productos agrícolas para el control de plagas, beneficiando a empresas que importan pesticidas prohibidos que dañan el medio ambiente.
A pesar del compromiso de Kenia con la energía limpia, el Proyecto de Ley Financiera 2024 propuso un impuesto del 16% sobre bicicletas eléctricas y paneles solares, socavando sus compromisos climáticos de promover el uso de dichas tecnologías. También sugería un impuesto del 16% sobre el transporte de caña de azúcar, lo que probablemente beneficiaría a los ingenios azucareros privatizados mientras aumentaría los costos para lxs agricultorxs locales.
Las protestas lideradas por la Generación Z han acusado directamente al FMI, al Banco Mundial y a la Organización Mundial de Comercio, OMC, de imponer impuestos severos y de priorizar los intereses de los acreedores por encima de las necesidades del pueblo keniano. Lxs campesinxs kenianxs han llegado al límite de su tolerancia ante la injerencia de estas instituciones.
La batalla por el futuro de Kenia en medio de la influencia del FMI
La reciente secuencia de eventos revela influencias externas significativas en las políticas internas de Kenia. Después de asumir el cargo el 13 de septiembre de 2022, el presidente Ruto viajó al Reino Unido el 18 de septiembre, donde apoyó el libre comercio y la biotecnología en medio de negociaciones comerciales con EE. UU. sobre los Organismos Genéticamente Modificados, OGM´s, y las regulaciones de pesticidas. El 21 de septiembre, visitó EE. UU. y se reunió con el senador Jim Inhofe, un destacado escéptico del cambio climático vinculado a las industrias del gas desde 1989.
En abril de 2022, EE. UU. criticó las restricciones de Kenia a las importaciones de OGM, argumentando que estas medidas obstaculizaban las exportaciones. La presión externa de EE. UU. preparó el terreno para que la Asociación de Fabricantes de Kenia (AKEFEMA) solicitara al gobierno, poco después de la visita de Ruto a EE. UU., la importación libre de aranceles de maíz y soya transgénicos para enfrentar la escasez local de suministros. Así, el 3 de octubre de 2022, el gobierno de Kenia, mediante un despacho del gabinete, levantó la prohibición de importación de OGM que llevaba una década en vigor, sin consultar a la población. Esta decisión, influenciada por presiones externas, fue posteriormente revertida por los tribunales kenianos tras un desafío de la Liga Campesina de Kenia (KPL, por sus siglas en inglés), una organización miembro de La Vía Campesina (LVC), reinstaurando efectivamente la prohibición. El caso sigue pendiente, con un fallo esperado para octubre de 2024.
Esta cronología subraya la significativa influencia de entidades y corporaciones internacionales, como el FMI, el gobierno de EE. UU., y grandes corporaciones como el Consejo de Granos de EE. UU. (USGC), en las políticas internas de Kenia.
La revolución liderada por la Generación Z tomó por sorpresa a toda la clase dominante, desde el gobierno hasta la oposición, las organizaciones religiosas, las organizaciones de la sociedad civil (OSC) y los medios de comunicación. A pesar de los intentos de marginar su lucha, la toma del Parlamento keniano el 25 de junio de 2024 por la Generación Z obligó al presidente Ruto a rechazar el Proyecto de Ley Financiera 2024 y a disolver su gabinete.
En respuesta, el establecimiento keniano respaldado por el FMI ha implementado estrategias para contrarrestar la revolución liderada por la Generación Z, que ha evolucionado hacia un llamado a la renuncia del régimen de Ruto. Una de estas estrategias fue la disolución del gabinete y la subsiguiente formación de un gobierno de amplia base, incorporando a siete miembros de la coalición opositora. Las propuestas del presidente Ruto para establecer un Foro Multisectorial Nacional (NMF) para abordar los problemas planteados por la Generación Z han sido archivadas después de que esta iniciativa fuera rechazada tanto por la Generación Z como por la mayoría de lxs kenianxs, quienes han intensificado su llamado a la renuncia del presidente Ruto. La estrategia de incluir a la oposición en el gobierno parece estar dando frutos, ya que la tan publicitada manifestación nacional programada para el 8 de agosto de 2024 no se llevó a cabo en la mayoría del país, con la Generación Z y los grupos de derechos humanos retirándose para replantear su estrategia. La inclusión de figuras de la oposición en el gobierno ha dividido a la coalición opositora, con una facción alineada con Raila apoyando la inclusión, mientras que otra, liderada por el exvicepresidente Kalonzo Musyoka, rechaza tanto el NMF como la inclusión de la oposición en el gabinete.
El establecimiento político también ha recurrido al uso de la violencia y al empleo de milicias contratadas para atacar a lxs pacíficos manifestantes de la Generación Z. Se han visto milicias armadas patrullando ciudades como Nairobi, Eldoret, Kisii y Kericho, e interrumpiendo violentamente eventos de la oposición, incluida una conferencia de prensa liderada por Kalonzo Musyoka el 17 de julio de 2024. Esta violencia tiene como objetivo atraer a la facción de Kalonzo hacia los objetivos de la clase dominante, pero lxs manifestantes de la Generación Z han rechazado cualquier compromiso, exigiendo una reforma completa del sistema.
Hasta ahora, más de 50 kenianxs, en su mayoría jóvenes, han sido asesinados en las protestas contra el FMI, con muchos aún desaparecidxs y miles hospitalizadxs debido a lesiones. Se han encontrado cuerpos en descomposición de jóvenes en Nairobi, lo que ha generado especulaciones de que estas son víctimas de secuestros por parte de agencias de seguridad. Un secuestrado liberado reveló que sus captores buscaban información sobre las fuentes de información de los manifestantes sobre el FMI, lo que indica la implicación del FMI en estas políticas y la manipulación de los asuntos internos de Kenia.
La Liga Campesina de Kenia (KPL) continúa oponiéndose a las políticas neoliberales del FMI, el Banco Mundial y la OMC. Han estado a la vanguardia en la educación del público sobre las políticas neocoloniales de estas instituciones y el problemático despliegue de policías kenianos en Haití. Este despliegue es especialmente preocupante dado el deficiente historial de derechos humanos de la policía keniana, como lo demuestra su manejo de la revolución liderada por la Generación Z, que busca liberar a lxs kenianxs de la opresión impuesta por el FMI, el Banco Mundial y la OMC.
La Vía Campesina y su miembro keniano, la Liga Campesina de Kenia (KPL), hacen un llamado al gobierno keniano para que:
- Proteja los derechos de lxs kenianxs a la vida, la libertad y la seguridad, tal como lo establece el Artículo 6 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos (UNDROP).
- Respete los derechos a la libertad de pensamiento, opinión y expresión, según lo descrito en el Artículo 8 de la UNDROP.
- Asegure la libertad de asociación, garantizada por el Artículo 9 de la UNDROP.
- Respete los derechos a la participación y la asociación, como se especifica en los Artículos 10 y 11 de la UNDROP.
- Salvaguarde los derechos a las semillas, según se indica en el Artículo 19 de la UNDROP.