La presentación ha estado a cargo de Rodrigo del Pozo, quien destacó el papel transformador de esta red. Fue introducido por Fernando García González, presidente de la Fundación Abulense por el Empleo (Fundabem), una de las 13 entidades de Castilla y León que forma parte de la red.

La Red de Economía Alternativa y Solidaria de Castilla y León es una sección territorial de una agrupación más amplia que impulsa la economía solidaria en España, creada en 1995. Según Del Pozo, estas iniciativas representan «una alternativa dentro del sector económico de iniciativa privada» que busca alejarse de los esquemas tradicionales de las empresas capitalistas, centradas únicamente en el máximo beneficio.

“Se trata de empresas que, siendo rentables y ofreciendo productos y servicios de calidad, priorizan criterios éticos y ecológicos”, explicó, incluyendo prácticas como la equidad salarial, el respeto al medioambiente, y la colaboración activa con las comunidades donde operan. Del Pozo añadió que este modelo es un «equilibrio entre la sostenibilidad económica y una serie de compromisos éticos», una combinación que ya lleva décadas funcionando en España, Europa y el mundo.

Diferencias

Uno de los aspectos que diferencian a las empresas de esta red es su compromiso con valores que suelen estar ausentes en las grandes corporaciones. Según del Pozo, estas iniciativas apuestan por la equidad y justicia social: “hay un espíritu cooperativo entre compañeros de trabajo, evitando la figura de un jefe que se enriquece desproporcionadamente”, destacó. Además, se fomenta la igualdad de género, la integración de personas con discapacidad y el respeto por las minorías.

También se parte de la sostenibilidad ecológica, ya que “las empresas de la red minimizan el impacto ambiental, utilizando elementos naturales y evitando la contaminación”, aspectos para diferenciarse en un mercado donde el consumo responsable cobra cada vez más importancia.

Contribución a la comunidad es otro de los elementos, dado que “parte de los beneficios de estas empresas se destinan a mejorar las condiciones sociales y económicas de su entorno, mediante iniciativas solidarias y colaboraciones altruistas”.

“Lo bonito de estas iniciativas es que demuestran que es posible ser rentable sin caer en las inmoralidades del sistema de mercado”, ha afirmado, refiriéndose a prácticas comunes como la explotación laboral o el engaño al consumidor.

Crecimiento sostenido

En Castilla y León, la red aglutina a unas 13 iniciativas de diferentes sectores, aunque Del Pozo reconoció que la implantación es más fuerte a nivel nacional. Fundabem, una de las entidades locales más destacadas, combina su pertenencia en la red con su integración en redes específicas de inserción social.

“Fundabem es un ejemplo de cómo estas empresas pueden formar parte de varias redes, manteniendo su compromiso ético y solidario”, ha apuntado.

En cuanto al crecimiento de la red, del Pozo señaló que, aunque ha sido sostenido en los últimos diez años, es importante no comprometer los principios éticos en favor de un crecimiento desmedido. “A veces el crecimiento va un poco contra los principios, y eso es algo que debemos cuidar”, ha reflexionado.

La Red de Economía Alternativa y Solidaria de Castilla y León se define como un colectivo que tiene como objetivo fomentar una economía más justa y sostenible que propicia iniciativas basadas en principios que priorizan la equidad, la sostenibilidad y la cooperación.

Se rige por los principios establecidos en la Carta de Principios de la Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS), los cuales guían sus acciones y objetivos en ámbitos locales. Estos principios son fundamentales para promover un modelo económico que sitúe a las personas y el medio ambiente en el centro de sus prioridades.

Los valores son la equidad, para eliminar desigualdades y fomentar la igualdad de oportunidades, promoviendo el respeto por los derechos de todas las personas; el trabajo digno, ya que se defiende la importancia del trabajo digno, así como la colaboración y la cooperación como pilares del desarrollo tanto individual como colectivo; la sostenibilidad ecológica, puesto que la protección del medio ambiente y el uso responsable de los recursos naturales son principios prioritarios, con el objetivo de mantener el equilibrio ecológico; cooperación, ya que en lugar de fomentar la competencia, la red impulsa iniciativas conjuntas que beneficien a la comunidad en su conjunto; el reparto justo de la riqueza, dado que cualquier excedente generado por las actividades de la red se reinvierte en proyectos y servicios que favorezcan el bienestar social; y compromiso con el entorno, porque se busca una vinculación activa con las comunidades locales, promoviendo la participación ciudadana y el desarrollo sostenible.