¿Es posible una política laboral feminista y construida desde los valores y principios de la Economía Social y Solidaria? Esta fue la pregunta de partida de un proceso impulsado por SETEM Hego Haizea, Mugarik Gabe, la Coordinadora de ONGDs de Euskadi y REAS Euskadi y que ha estado acompañado por Colectiva XXK.
Durante 2022, organizamos varias sesiones de trabajo en las que tratamos de ir aterrizando cuáles eran las claves para que una política laboral pudiera definirse como feminista. Sin tener todas las certezas, avanzamos sobre algunas intuiciones que recogimos en un documento. En esta segunda parte del proceso (2023) queríamos dotar de más contenido a esta propuesta. Acercar esas intuiciones que teníamos a claves más concretas.
Para ello, hemos construido 10 principios y 20 acuerdos para la definición de una política laboral que ponga la vida de todas en el centro. Entendiendo que es un mínimo común, que tendrá luego, en cada entidad, un desarrollo o profundización propios. Los principios pretenden definir una especie de valores compartidos, de horizonte. Los acuerdos nos mueven más hacia el compromiso, hacia el hacer, para avanzar en ese sentido.
Reproducimos aquí los párrafos introductorios:
Como organizaciones de la Economía Social y Solidaria con vocación transformadora (en adelante, ESS) retomamos como horizonte la idea de seguir construyendo organizaciones habitables, desde una apuesta feminista y anticapitalista. Queremos organizaciones en las que merezca la alegría estar. Hay múltiples dimensiones que se pueden abordar en esta transición que ya estamos haciendo. Tomando como punto de partida el marco en construcción que elaboramos en la fase 1 (disponible aquí), este proceso colectivo ha puesto la mirada en tratar de dotar de contenido a la idea de construir una política laboral con enfoque feminista. Hemos querido seguir preguntándonos (e identificando colectivamente) qué claves nos parecen centrales para poder avanzar hacia empleos más vivibles.
Este documento, y el proceso que hay detrás, pretenden ir un paso más allá de lo que trabajamos en esa fase 1. Se ha buscado construir una especie de decálogo que aterrice esta propuesta. ¿Por qué y para qué este proceso?
Porque somos conscientes de que estos debates a veces se quedan un poco en lo abstracto y queremos seguir profundizando y dotando de contenido a estas propuestas.
Porque nos faltan palabras para nombrar lo que sí queremos, para recoger nuestras apuestas, más o menos firmes.
Porque nos permite cerrar algunos de los debates (aunque seamos conscientes de que hay que seguir revisando siempre las decisiones tomadas).
Porque queremos seguir avanzando en la construcción de un marco compartido y común entre las entidades de REAS Euskadi.
Porque entendemos este marco como un esfuerzo por definir eso que nos une, un mínimo común, que tendrá luego en cada entidad un desarrollo o profundización propios (algunas se quedarán en algunos
acuerdos, otras querrán ir más allá).
Porque somos conscientes de que aquí no está todo, quedan muchos debates que hacer, pero sí creemos que todo lo que hemos recogido refleja mucho de lo que queremos y podemos hacer.
Y porque los principios y acuerdos identificados se pueden convertir en sí mismos en “indicadores” que nos permitan ir viendo cómo vamos. Nos pueden permitir generar momentos para revisar y seguir construyendo de forma participativa.
Somos conscientes de que nuestra identidad como entidades con una dimensión social y económica abre muchas posibilidades a pensar la política laboral desde otros criterios. Enfrentamos la precariedad y nos preocupa nuestra sostenibilidad económica, pero esto no debería de ser argumento para frenar esta reflexión y estas transformaciones que consideramos necesarias. Algunas acciones pueden implicar un coste económico directo y otras no. Ponemos en valor el trabajo que se puede hacer desde la dimensión más concreta y micro hasta lo más amplio. Y apostamos porque hacer de otras maneras, ser habitables, sea una seña de identidad de la ESS.
Esta sería la voluntad que hay detrás de esta propuesta. Partíamos de muchas preguntas y nudos. Seguimos con algunas. Pero hemos intentado jugárnosla y avanzar también algunas certezas, entendiendo, y sin que esto sirva de excusa, que estos procesos nos llevan a una revisión constante. Lo que hoy nos parece el paso adecuado y con sentido puede que tenga que ser modificado mañana. Pero eso es parte de este intento de cambiar las reglas del juego.
Ordenamos estas propuestas en dos grandes bloques. En el primero establecemos unos principios (10) que entendemos nos permiten avanzar hacia organizaciones y políticas laborales más habitables y feministas.
Queremos ver estos principios como una hoja de ruta; una especie de prueba del algodón que pasaremos a nuestras actuaciones, a nuestras decisiones… una guía para valorar si, sea lo que sea aquello que hagamos, esto nos está permitiendo acercarnos a cumplir estos principios o nos está alejando de ellos. En el segundo bloque presentamos los acuerdos (20) relacionados con diferentes ámbitos en los que se
concreta nuestra apuesta.
Queremos agradecer su generosidad a todas las organizaciones y personas que han participado en este proceso; a las organizaciones de REAS Euskadi: TotemMT, Goiener, Equipare, Kidenda, Bidegintza, Colaborabora, Wikitoki, Calala Fondo de Mujeres, Momentu, Al Borde Films y Aradia Cooperativa.
Y también a las entidades externas a la red que han compartido con nosotras su trayectoria y reflexiones: Farapi, La ciutat invisible, Red Nust y Software del Sol. Gracias a todas.
Esperamos que todas estas reflexiones, con sus certezas y sus abismos, puedan acompañar a, cada vez, más organizaciones en sus procesos de transformación organizacional feminista.