LA COOPERACIÓN
en la Carta de la Economía Solidaria
de REAS Red de Redes
La Carta de Principios presenta los valores que caracterizan la Economía Solidaria para REAS Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria. En ella se recogen los rasgos que orientan la visión y la práctica de las organizaciones de Economía Solidaria.
También se recogen los seis principios rectores de la ESS: equidad, trabajo digno, sostenibilidad ecológica, cooperación, reparto justo de la riqueza y compromiso con el entorno. Los analizamos uno a uno.
COOPERACIÓN
Frente al individualismo y la competencia imperantes en el capitalismo, la Economía Solidaria entiende la cooperación como una propuesta de autoorganización basada en el apoyo mutuo y la solidaridad, dirigida a la satisfacción de necesidades y al logro del bien común. Para ello, teje redes de cooperación que impulsen una agenda colectiva transformadora y se conviertan en espacios que promuevan la democracia directa y la ética de la participación, la horizontalidad y el respeto a la autonomía, el empoderamiento de quienes participan y la redistribución del poder.
Desde esta perspectiva, los procesos de cooperación favorecen la corresponsabilidad, el trabajo colaborativo, la deliberación colectiva, los saberes compartidos y el aprendizaje mutuo. Valores y prácticas necesarias para la construcción de organizaciones e iniciativas alternativas, así como para el desarrollo de un modelo socioeconómico solidario, igualitario y diverso.
La Economía Solidaria promueve una cultura de cooperación e interdependencia entre organizaciones para superar el modelo de competencia que aísla a personas y comunidades. Heredera del legado histórico del mutualismo y del cooperativismo, compartido con otros movimientos sociales críticos y con otras economías transformadoras, la cooperación promueve el desarrollo de estrategias colectivas y plurales basadas en compartir conocimientos, trabajar en red y poner en común esfuerzos y recursos. Todo ello facilita el enriquecimiento mutuo y la expansión de formas de intervención y gestión más democráticas, solidarias, equitativas y sostenibles.
La cultura cooperativa permite a las organizaciones compartir visión y valores. Su dimensión educativa, además, favorece un conocimiento más ajustado de la diversidad del territorio y de la vida comunitaria. En último término, la Economía Solidaria promueve la cooperación como elemento central para la construcción de relaciones económicas colaborativas, democráticas y transparentes.
Como forma de superar las dinámicas de empobrecimiento crónico y precarización vital, las experiencias de la Economía Solidaria ofrecen a las personas los recursos y el tiempo necesario para disfrutar de vidas que merezcan la pena vivirse. Para ello, promueven iniciativas cooperativas, autogestionadas, participativas y transparentes que satisfagan necesidades y contribuyan al bienestar individual y colectivo. Estas iniciativas deben garantizar el desarrollo de las capacidades personales, el reparto de todos los trabajos, así como la creación de empleo estable y de calidad que facilite la inclusión social y económica en un entorno de igualdad de oportunidades.
Mediante la propuesta de un nuevo reparto, valorización y reorganización social de todos los trabajos, la Economía Solidaria impulsa un cambio cultural que permita superar las lógicas dualistas de dominación y de fragmentación entre las diferentes esferas que conciernen a la vida de las personas. En último término, se persigue revalorizar la vida en todas sus dimensiones y etapas.
Para desarrollar este principio, se propone:
- Favorecer la cooperación en lugar de la competencia, tanto en el interior como fuera de las organizaciones.
- Generar espacios de participación en las propias entidades para todas las personas implicadas: socias, trabajadoras, beneficiarias de servicios, etc.
- Fomentar relaciones de trabajo en red basadas en la confianza mutua, que respeten la autonomía de las entidades y promuevan su fortalecimiento.
- Diseñar y compartir herramientas de intercooperación en la producción cooperativa de productos y servicios, en el sostenimiento colectivo de instrumentos de financiación ética, en el despliegue del Mercado Social o en la promoción del consumo cooperativo en ámbitos como la alimentación, la energía, la vivienda, la cultura, etc.
- Impulsar la articulación en red de las organizaciones para su despliegue en todos los ámbitos (local, regional e internacional), así como promover la cooperación público-social-comunitaria para el desarrollo de políticas que desarrollen la Economía Solidaria, tanto local como internacionalmente.
- Impulsar modelos de gobernanza democráticos, que respeten la autonomía como principio de libertad, garanticen el ejercicio de la corresponsabilidad y la autogestión, y desarrollen herramientas que posibiliten el empoderamiento, la igualdad de oportunidades, el respeto y la implicación corresponsable.
- Atender y acompañar colectivamente las distintas necesidades de las personas y de las entidades, así como las diversas situaciones de vulnerabilidad y fragilidad.
- Impulsar estrategias para favorecer y canalizar la intercooperación entre entidades, reforzando la dimensión económica de la cooperación, entendida como una estrategia empresarial colaborativa basada en el fortalecimiento conjunto.
- Promover y participar en campañas, proyectos e iniciativas comunes que amplíen la capacidad de incidencia y el impacto de las iniciativas transformadoras.
Los 6 principios de la Economía Solidaria
La Carta de la Economía Solidaria
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