La Economía Social y Solidaria ha ganado impulso como un modelo económico fundamental para un futuro sostenible y equitativo. Desde la aprobación de la histórica resolución de la ONU en 2023 hasta los avances significativos en 2024, este enfoque ha demostrado su capacidad para generar empleo de calidad y promover el bienestar social.

La Economía Social y Solidaria es el modelo que necesitamos para un futuro sostenible con nuestro planeta y sociedad.

En 2023, la ONU aprobó la primera resolución de su historia para impulsar la Economía Social y Solidaria a nivel global. El texto de dicha resolución anima a los estados miembros a promover y aplicar estrategias, políticas y programas que la apoyen y potencien como modelo económico alternativo con capacidad para generar trabajo de calidad.

Y en este 2024 la Economía Social continúa avanzando. Solo en Europa, este modelo económico alternativo ya proporciona empleo a casi 14 millones de personas. Esto supone el 6,3% de la mano de obra de la UE. En nuestro país este modelo, que prima el beneficio social sobre el económico, cuenta ya con más de 42.000 entidades que proporcionan empleo a dos millones de personas y aportan el10% al PIB.

A pesar de su evidente importancia, aún hay una gran parte de la ciudadanía que desconoce en qué consiste exactamente este modelo. En 2022, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) lo definió como un modelo económico generado por entidades sociales como asociaciones, fundaciones, cooperativas, empresas de inserción, etc., que comparten principios como el de la primacía del capital humano sobre el económico, la transparencia y la reinversión de la totalidad o la mayor parte de sus beneficios en los fines sociales bajo los que desarrollan su labor. Resumiendo, hablamos de Economía Social y Solidaria cuando nos referimos a aquella que busca un beneficio social, midiendo su éxito no en cuentas de resultados, sino en cubrir importantes necesidades de la sociedad.

Desde AERESS, llevamos 30 años apostando por la economía circular, gracias a la labor de gestión de residuos que desarrollan las 37 entidades de la Economía Social y Solidaria que conforman nuestra red.  nuestras entidades dedican sus beneficios y objetivos a la inserción sociolaboral de colectivos vulnerables.

Nuestra red, junto con la europea RREUSE, hemos logrado que el Parlamento Europeo apruebe la resolución legislativa de 13 de marzo de 2024, que modifica la Directiva de Residuos para reforzar los pasos a seguir para reducir la producción de residuos textiles. Nuestras aportaciones han permitido que esta resolución otorgue a las entidades sociales un papel clave en la citada reducción de residuos.

Esta resolución viene a sumarse a hitos recientes como la aprobación, en octubre del pasado año, por parte del Consejo de Empleo, Política Social, Sanidad y Consumidores, de una recomendación para desarrollar el modelo en todos los estados miembros de la UE. Apenas un mes después, 19 países e instituciones europeas, firmaban el Manifiesto de San Sebastián, en que se refleja el compromiso de fomentar la Economía Social por tratarse del modelo económico óptimo para lograr una transición verde socialmente justa.

Las entidades de la Economía Social son sinónimo de trabajo digno y de calidad, así como de empresas comprometidas con el medio ambiente y la calidad de vida. Su futuro es prometedor, y esto beneficia a toda la sociedad. Pero aún es necesario comunicar más y mejor el impacto positivo que tiene este modelo económico más sostenible y socialmente justo. Aún es preciso promover la colaboración entre la empresa privada, la Administración pública y las entidades sociales.

Nuestro país ha realizado avances legislativos en esta área con la Ley de Residuos y Suelos Contaminados. Pero aún hay cuestiones establecidas en la propia ley que precisan de un mayor compromiso por parte de las administraciones. Concretamente, establece en su disposición adicional 19ª, que al menos 50% de las adjudicaciones públicas para la recogida, transporte y tratamiento de residuos textiles, de muebles y enseres, se realizarán mediante contratación reservada a las entidades sociales

Es lo que se denomina ‘reserva de mercado’, y que permitiría a las entidades sociales disponer de mayores recursos para reforzar los itinerarios de inserción sociolaboral que desarrollan e incrementar su profesionalización para lograr el tan necesario equilibrio medioambiental. Esto, además, supone la máxima calidad en el tratamiento de estos residuos, por ser la dilatada experiencia de las entidades sociales en la gestión de residuos.

Otro de los aspectos necesarios para efectivamente fomentar la Economía Social y asegurar la reducción en la generación de residuos es el de la adaptación del IVA para los productos de segunda mano. Tanto las entidades de AERESS como muchas otras de la economía social, desarrollan ambiciosos proyectos de gestión de residuos preparándolos para su reutilización y que puedan ser adquiridos como productos de segunda mano, alargando su vida útil. Esto supone una importante herramienta de concienciación ciudadana para lograr un consumo más responsable. Para ello, es imprescindible que los productos de segunda mano sean económicamente más accesibles.

Afrontar la transición verde está en las agendas políticas mundiales. Pero es imprescindible que dicha transición se haga bajo las pautas de la Economía Social para asegurar, también, la tan necesaria justicia social.