El Grupo La Veloz y Nabata fueron los anfitriones y prepararon un programa de visitas a proyectos de la Economía Social y Solidaria de Zaragoza y alrededores. El primer día de residencia, nos hablaron de otros proyectos en los que están involucrados, como la tienda de bicicletas Recicleta, el proyecto de inserción laboral ARopa2, la empresa de reparto KOIKI, o la Vivienda ética cooperativa La Replazeta.
Además de conocer el trabajo de La Nabata y sus proyectos, nos reunimos en la sede de AFDA, Apoyo al tratamiento de ansiedad y depresión en Aragón, y tuvimos ocasión de conocer el increíble trabajo de cuidados y salud socio comunitaria que hacen con un equipo profesional interdisciplinar que trabajan codo con codo.
Proyectos rurales
El segundo día tomamos un autobús y nos acercamos a la localidad de Las Pedrosas, donde tuvimos la oportunidad de conocer proyectos de dinamización vecinal y empleo rurales dentro del programa Pueblos Vivos.
También conocimos Empenta Artieda, un programa que realizaron en el pueblo de Artieda hace unos años a través del cual han conseguido aumentar la población y generar empleo. El encuentro nos permitió charlar con socias de Ixambre, cooperativa impulsora del Empenta Artieda en el prepirineo aragonés, así como con Joaquín Gordún Castillo, alcalde de Las Pedrosas y con la técnica de animación de la localidad; y con Sergio Gambau Gracia, alcalde de Peralta de Alcofea.
Proyectos inspiradores de la Economía Social y Solidaria
El tercer día hicimos un tour por algunos proyectos de la Economía Social y Solidaria de Zaragoza. La primera parada tuvo lugar en el supermercado cooperativo A Vecinal. Allí compartieron con nosotras la experiencia desde sus orígenes, lo cual fue muy motivante, pues no siempre se dispone de tiempo para poder profundizar tanto en una trayectoria.
Escuchar a las compañeras de A Vecinal nos constató algo que siempre ponemos en valor en la Economía social y solidaria, y es ver cómo la resiliencia y la coherencia van de la mano, y cómo la integración en el entorno físico y social multiplican el sentido de comunidad y de pertenencia. En este caso, un proyecto de revolución alimentaria que ha pasado de 40 socias a más de 400 en poco más de seis años.
Posteriormente visitamos la tienda y el espacio multifuncional de Desmontando a la Pili, un proyecto de educación y salud sexual. A la mayoría de mujeres que asistimos a la residencia nos resonaba tanto el contexto como las propuestas de la sexóloga que nos contó la trayectoria y el contenido de sus actividades. La tienda de juguetes sexuales aporta color y suaviza unos contenidos que suelen estar cargados de grises y aristas. Salimos con la sensación de que es un espacio muy valiente y necesario.
En el restaurante vegano A Flama Tabierna pudimos saborear tanto la rica comida, como la charla sobre la cultura tradicional, la conservación, la evolución y el relevo generacional, donde la lengua se manifiesta como seña de identidad. A Flama es una cooperativa donde los objetivos sostenibles van más allá de lo relacionado con la alimentación, empezando por el local, que decidieron mantener cuando peligraba su continuidad, apostando un espacio que en el barrio se configuró como centro social de intercambio y encuentro.